¿ Me deja ser tu café, o tu bebida preferida?
¿Tu consuelo y tu aliento en aquellas horas sufridas?
¿Me deja ser el ángel que no ves y está presente?
¿Aquel que en noches frías es la cubierta más caliente?
¿Me deja ser el abrazo que titubeas en recibir?
¿Me deja ser la palabra que siempre quisieras oir?
¡Amor! ¿Me deja ser gente, sin maldade, con alegría?
¡Ó amado! No me deje partir tan temprano
Sin nada, de manos vacías.
Marilene Anacleto
03/04/99